Los zócalos en la cocina son el elemento que se coloca entre el suelo y los muebles bajos e impide que el agua y la suciedad se cuele en el hueco resultante entre la pata y el propio mueble.
Esta es la principal funcionalidad, pero también tienen como misión ocultar las patas. A su vez, protegen las paredes de golpes y manchas que pueden producirse por el uso continuo de la fregona y ayudan a camuflar las imperfecciones del pavimento.
El zócalo en la cocina, así como en otras estancias de la vivienda, puede ser de distintos materiales y con acabados diferentes, por lo que es también un elemento más de decoración. Desde Kocina somos firmes defensores del zócalo por su función práctica.
¿Cómo debe ser el zócalo en la cocina?
Madera o aluminio son materiales muy comunes para este elemento. Ambos pueden ser perfectos siempre que se ajuste bien al resto de la cocina. Es habitual, y recomendable, que el zócalo no tenga más de 18 centímetros, pero a pesar de su altura reducida, su importancia es capital tanto a nivel de funcionalidad y confort como en el apartado estético.
Los zócalos de aluminio son fáciles de limpiar y apenas necesitan mantenimiento. Además, están disponibles en muchos acabados y colores. Su uso es cada vez más popular porque muchas cocinas modernas echan mano de este material para los electrodomésticos.
La otra opción más repetida es la madera. La particularidad de estos zócalos es ofrecen mayor sensación de cocina robusta. Se utilizan más en estancias con un estilo clásico y cálido y ayudan a que la madera gane peso en la decoración general.
Los zócalos de PVC, que cada vez ganan más peso, tienen la ventaja de que se dañan poco con los productos de limpieza. Como los anteriores, se adaptan a muchos tamaños y diseños.