Los zócalos en la cocina ejercen son relevantes tanto a nivel funcional como estético. El segundo punto siempre ha de estar puesto al servicio de la funcionalidad, pero esto no impide que podamos conseguir una cocina estilosa y funcional de la mano de unos buenos zócalos.
Estancias más seguras y protegidas
Los zócalos en la cocina garantizan que el espacio inferior de los muebles está protegido de golpes. La cocina es de las zonas de la vivienda donde se acumula más suciedad, por lo que las tareas de limpieza han de ser constantes.
Así, cuando barremos o usamos la fregona, acabamos golpeando la zona inferior de los muebles y se pueden provocar daños. La humedad de la fregona también acelera el desgaste. Los zócalos protegen la parte inferior de los muebles, siendo la mejor elección aquellos que son de metal, en concreto los de acero inoxidable, que poseen gran capacidad de resistencia y no pierden brillo. Además, se pueden desmontar con mucha facilidad y cambiarse de manera periódica.
La cuestión estética
Si entramos en el apartado estético, los zócalos en la cocina protegen las patas de los mueles pero además contribuyen a que la estancia se visualice como un espacio rematado y cuidado. Estos elementos pueden tener la misma apariencia que el resto del mueble, ir a juego con la encimera o bien mantener la estética propia del acero inoxidable, que combina a la perfección con muchos materiales distintos.
Sobre este punto, es buena idea integrar los zócalos con la apariencia general de la cocina. Las de corte industrial suelen tener remates en metal, mientras que las de un estilo más clásico apuestan por la piedra para zócalos y encimeras.
Sirva esta idea para dejar claro que los zócalos en las cocinas son un elemento fundamental que cubre cuestiones de funcionalidad y estética, así como de innovación, pues ya muchos fabricantes optan por los denominados cajones zócalo, que es la idea de sustituir el zócalo para un cajón para ganar así en espacio de almacenamiento.