Las reformas de cocina van más allá de cambiar de gas a vitrocerámica, instalar una isla o colocar una campana extractora más potente. Un aspecto que no siempre es muy tenido en cuenta es el del suelo.
La elección de pavimento es un componente básico en el diseño final. Te mostramos algunas recomendaciones para que encares tu próxima reforma con más opciones de éxito.
¿Qué material es el más apropiado?
Aquí caben numerosas opciones, desde suelos porcelánicos a cerámicos pasando por la madera, el cemento, la terracota, la piedra natural o los vitrificados. Cada uno de ellos presenta diferentes puntos fuertes, luego la elección va a depender de las necesidades, el presupuesto disponible y el aspecto estético que se quiera conseguir.
El patrón del suelo
Un segundo factor a tener en cuenta es el patrón del suelo, su aspecto estético. Podrás escoger entre piezas más grandes o más pequeños, azulejos lisos, con motivos, con formas geométricas, floreados. La idea es complementar el diseño general de la cocina y aportar sensación de continuidad, nunca generar la impresión de que la estancia es más pequeña.
El color, cuidado con las cocinas pequeñas
La elección del color también es importante, especialmente en cocinas de tamaño más reducido. Cuando la estancia es pequeña se recomienda optar por azulejos de colores neutros, ya que estos hacen que el espacio disponible parezca mayor. Si la cocina es muy grande sí podrás introducir colores más intensos y con mucho contraste entre sí.
Suelos de mantenimiento fácil
Dejando a un lado el aspecto estético, no hay que olvidar que la cocina es una de las estancias de mayor uso en la vivienda. Esto implica que están sujetas a mucho deterioro. Los suelos de porcelana, los de cerámico o los vitrificados requieren poco mantenimiento, pero la madera, el cemento o la terracota sí necesitan un mejor cuidado.
¿Cuál es el presupuesto disponible?
El último condicionante es el presupuesto. Deberás tener en cuenta el precio de los azulejos, el coste de entrega, el transporte y la duración de la instalación. A partir de ahí, analizando las opciones disponibles, ya puedes elegir el mejor suelo para tu cocina.