Las cocinas pequeñas pueden ser tan funcionales, y estéticas, como otras con mayores dimensiones. Solo hay que encontrar las claves para conseguir la armonía perfecta. Te mostramos algunos consejos con los que lograr este objetivo.
El desorden reduce aún más el espacio disponible
En una vivienda no importa tanto el espacio disponible, sino que es más relevante el aprovechamiento de ese espacio. Y queda claro que los lugares donde reina el desorden pueden generar sensación de agobio.
Así, un truco en las cocinas pequeñas es no recargar el ambiente, utilizar rincones y espacios a priori poco aprovechables y mantener siempre el orden, guardando cada cosa en su lugar.
Saca partido del espacio vertical
Cada centímetro cuenta cuando el espacio es un factor limitante. Por ello otra recomendación pasa por aprovechar las paredes como lugar de almacenamiento. Entre la alacena y el techo suele quedar un margen con gran potencial para guardar enseres de poco uso.
A su vez, se pueden instalar estantes flotantes directamente sobre la pared, sin necesidad de hacerse con un mueble completo que es mucho más voluminoso y menos económico.
Cocinas blancas y con buena entrada de luz
Si el objetivo es que la cocina parezca más grande, píntala en colores claros, especialmente el blanco. Estas tonalidades amplían visualmente la superficie y garantizan más iluminación. Si esto viene de la mano de una buena entrada de luz natural, el efecto se multiplica.
La cocina como un espacio de convivencia
Ya era una tendencia previa al confinamiento, pero con la pandemia y la obligatoriedad de pasar mucho tiempo en casa, la cocina se transformó en una estancia más habitada, con más uso.
Instalar desayunadores en cocinas pequeñas agranda la mesada, y sirve tanto para cocinar como para tomar un aperitivo o el desayuno e incluso para aumentar la superficie de almacenamiento. Aquí recuerda acudir al primer consejo, el del orden, pues si van a quedarse más enseres a la vista, deberán estar siempre en su sitio, bien organizados.