La cocina es una de las estancias más importantes de la vivienda, de modo que en su elección hay que poner todo el cariño y el interés. Elegir la cocina perfecta conlleva mucho tiempo, pero de la ayuda de los profesionales de Kocina y el buen hacer de Arrital, todo es mucho más cómodo, como vemos a continuación.
La cocina nace de un plano
El primer paso es conocer, sobre el papel, en un plano, cuál es el espacio disponible y cómo se va a ejecutar el proyecto. Aquí han de aparecer las puertas, la entrada de luz natural, el equipamiento y su distribución… Si todo va diseñado en un plano, la cocina Arrital de la mano de Kociba ya va tomando forma.
Los elementos que no pueden faltar en tu cocina
Hemos visto que lo primero que se ejecuta es el plano, pues a partir de ahí sabemos qué espacio va a ocupar cada elemento. Tras este punto llega saber cuáles van a ser esos elementos. No todas las familias o clientes necesitan el mismo equipamiento. Microondas sí o no, lavavajillas, tipo de cocina, tamaño de la nevera…
Otro aspecto importante es completar la cocina con los pequeños electrodomésticos y destinar espacio a cada uno de estos elementos, para no generar la sensación de poco espacio que llegue a agobiar a quien va a hacer uso de la misma.
En Sevilla, por ejemplo, con las altas temperaturas, muchos clientes demandan un aparato de aire acondicionado. Si esto se tiene en cuenta ya en el diseño de la cocina, será mucho más fácil encontrarle el hueco perfecto.
El estilo de la cocina
Estamos llegando ya a las cuestiones más decorativas. Una vez nos decantamos por los elementos a colocar sacando partido del espacio disponible, pues las cocinas de Arrital están elaboradas a medida, hay que decantarse por el estilo: más clásico, vintage, minimalista… La decisión no es fácil, pues debemos tener en cuenta que la elección va a acompañarnos durante años.
El presupuesto como factor limitante
Llegamos al último punto, que en realidad es una cuestión transversal que afecta a todos los condicionantes anteriores. El presupuesto decanta en gran medida qué podemos y qué no podemos hacer.
Si tenemos una idea clara de cuál es el límite máximo presupuestario disponible, a partir de ahí podremos enfocar todo este proceso con mayores garantías.